martes, 25 de mayo de 2010

LISBOA


En un "pequeinho" avión llegamos a Lisboa, una ciudad llena de encanto, levantándose poco a poco de los castigos que le han sobrevenido. Hermosa aunque sus orgullosas casas presenten desconchones y les haga fata un lavadito de cara. En nuestra retina nos llevamos la imagen del Tajo grande como un mar y una ciudad a oscuras llena de lucecitas vista desde el barco. De lo más bonito, un barrio de Belén mirando al mar con su Torre y su Monasterio de San Jerónimo belleza inigualable.



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