Barcelona, para unas una nueva ciudad, para otras un regreso. Volamos el día 21 llevando una apretada agenda. Ver el románico y Modernismo en el Museo Nacional de Cataluña, nos sorprendió. Las vistas de Barcelona desde Montjuic. La Casa Batlló llena de fantasía y color; Santa maría del Mar, gótica, y de un purismo conservador, su barrio de antiguas tiendas de comestibles y animadas tabernas, nos ocuparon el primer día.
El sábado la boquería nos recibió lleno de colores, frutas, zumos, bares, flores...Una visita al barrio gótico y por la tarde un recorrido por la arquitectura modernista. Quería Mª Eugenia ver el mar, y allí en la Barceloneta disfrutamos de una vista inigualable. Una cenita en una taberna muy divertida clausuró el día.
El domingo visitamos la Sagrada Familia, ya han terminado el interior y nos quedamos sin habla. Una guía nos explicó toda la simbología de dentro y de fuera. La avenida Gaudí, los mercadillos, las plazas de esquinas ochavadas... Se acabó el tiempo, volvíamos para Sevilla. Fué un viaje inolvidable.
El domingo visitamos la Sagrada Familia, ya han terminado el interior y nos quedamos sin habla. Una guía nos explicó toda la simbología de dentro y de fuera. La avenida Gaudí, los mercadillos, las plazas de esquinas ochavadas... Se acabó el tiempo, volvíamos para Sevilla. Fué un viaje inolvidable.