Día: 31 de octubre de 2024
Obra: "El bosque de la noche". Autora: Djuna Barnes
La escritora, ilustradora y periodista neoyorquina Djuna Barnes
(1892-1982) residió en París en el período de entreguerras, donde tuvo una
vida bohemia y mantuvo una larga relación con la artista estadounidense
Thelma Wood, a la que consideró el amor de su vida. También se
relacionó con intelectuales y artistas de la talla de Charles Chaplin,
Marcel Duchamp, Hemingway, Gertrude Stein, Henry Miller, Natalie Barney o
James Joyce. Barnes, influenciada por la eclosión de los movimientos
vanguardistas (modernismo, simbolismo, surrealismo...), publica en 1936
su obra culmen “El bosque de la noche”. Novela insólita y
autobiográfica, la vida de la autora se refleja en su lenguaje:
descripciones, metáforas, símbolos, monólogos o diálogos, y su propio yo
domina un paisaje poético sembrado de desdicha. T. S. Eliot afirma en
el prólogo del libro: “gustará especialmente a los amantes de la
poesía”. Djuna Barnes retrata el alma humana y los sentimientos
destapando la pasión y el deseo como el único sentido de la vida de unos
personajes, apartados del mundo, desesperados y en cuyo interior hay
heridas abiertas por amores imposibles.
La gran protagonista de
la obra es la noche, con todo lo que contiene de oscuridad,
degradación, turbulencias o ausencias, "La noche le hace algo a la
identidad de la persona", “No encontraremos consuelo hasta que la noche
se diluya, hasta que la furia de la noche extinga su fuego”. La novela
narra, por un lado, la vida de la joven rebelde Robin Vote (personaje
basado en la figura de Thelma Wood), que genera una gran ausencia en el
resto de personajes dependientes emocionalmente de ella y, por otro, los
esfuerzos que realizan por retenerla: el trastornado falso barón,
judío, vienés, Felix Volkbein, que para continuar con las tradiciones de
la nobleza se casa con Robin, que pronto le abandona, dejándolo en una
absoluta oscuridad para el resto de su vida, junto a un niño “febril,
enfermo y quejumbroso”; la abnegada Nora Floody (con la que se
identifica la propia autora), que se siente amada por algo extraño que
la ha olvidado, al mismo tiempo que va consolando a las mujeres a las
que Robin ha ido abandonando; y la usurpadora Jenny Petherbridge, cuatro
veces viuda.
Todos estos personajes de ambientes diversos
pertenecientes a la aristocracia y a la bohemia, mantienen unas
relaciones atormentadas, que son el caldo de cultivo para el
extravagante, erudito y homosexual doctor Matthew O’Connor, que se mueve
en la ilegalidad y que se describe a sí mismo como un permanente error
de la naturaleza, siendo el eje y el testigo de la historia con sus
monólogos dialogados y con una capacidad verbal deslumbrante que
proporciona la parte más filosófica de la novela, aunque el mismo
reconoce: "Mi relato tiene un hilo conductor, pero te costará trabajo
descubrirlo". Los personajes confían sus penas al doctor tratando de
buscar respuestas, sin conseguirlas y él, como un psicoanalista, intenta
“sacarles de la entraña la angustia mortal”, al mismo tiempo que va
revelando su propio sufrimiento.“Por eso yo, el doctor O’Connor, te
digo: … obra en tu corazón y cuida a quien amas, porque un amante que
muere, por olvidado que esté, se lleva a la tumba algo de ti”.
Redacción de la reseña: María José García del Real
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