lunes, 4 de noviembre de 2024

Reseña literaria de la obra "El bosque de la noche"

Día: 31 de octubre de 2024 

Obra: "El bosque de la noche". Autora: Djuna Barnes

La escritora, ilustradora y periodista neoyorquina Djuna Barnes (1892-1982) residió en París en el período de entreguerras, donde tuvo una vida bohemia y mantuvo una larga relación con la artista estadounidense Thelma Wood, a la que consideró el amor de su vida. También se relacionó con intelectuales y artistas de la talla de Charles Chaplin, Marcel Duchamp, Hemingway, Gertrude Stein, Henry Miller, Natalie Barney o James Joyce. Barnes, influenciada por la eclosión de los movimientos vanguardistas (modernismo, simbolismo, surrealismo...), publica en 1936 su obra culmen “El bosque de la noche”. Novela insólita y autobiográfica, la vida de la autora se refleja en su lenguaje: descripciones, metáforas, símbolos, monólogos o diálogos, y su propio yo domina un paisaje poético sembrado de desdicha. T. S. Eliot afirma en el prólogo del libro: “gustará especialmente a los amantes de la poesía”. Djuna Barnes retrata el alma humana y los sentimientos destapando la pasión y el deseo como el único sentido de la vida de unos personajes, apartados del mundo, desesperados y en cuyo interior hay heridas abiertas por amores imposibles.

La gran protagonista de la obra es la noche, con todo lo que contiene de oscuridad, degradación, turbulencias o ausencias, "La noche le hace algo a la identidad de la persona", “No encontraremos consuelo hasta que la noche se diluya, hasta que la furia de la noche extinga su fuego”. La novela narra, por un lado, la vida de la joven rebelde Robin Vote (personaje basado en la figura de Thelma Wood), que genera una gran ausencia en el resto de personajes dependientes emocionalmente de ella y, por otro, los esfuerzos que realizan por retenerla: el trastornado falso barón, judío, vienés, Felix Volkbein, que para continuar con las tradiciones de la nobleza se casa con Robin, que pronto le abandona, dejándolo en una absoluta oscuridad para el resto de su vida, junto a un niño “febril, enfermo y quejumbroso”; la abnegada Nora Floody (con la que se identifica la propia autora), que se siente amada por algo extraño que la ha olvidado, al mismo tiempo que va consolando a las mujeres a las que Robin ha ido abandonando; y la usurpadora Jenny Petherbridge, cuatro veces viuda.

Todos estos personajes de ambientes diversos pertenecientes a la aristocracia y a la bohemia, mantienen unas relaciones atormentadas, que son el caldo de cultivo para el extravagante, erudito y homosexual doctor Matthew O’Connor, que se mueve en la ilegalidad y que se describe a sí mismo como un permanente error de la naturaleza, siendo el eje y el testigo de la historia con sus monólogos dialogados y con una capacidad verbal deslumbrante que proporciona la parte más filosófica de la novela, aunque el mismo reconoce: "Mi relato tiene un hilo conductor, pero te costará trabajo descubrirlo". Los personajes confían sus penas al doctor tratando de buscar respuestas, sin conseguirlas y él, como un psicoanalista, intenta “sacarles de la entraña la angustia mortal”, al mismo tiempo que va revelando su propio sufrimiento.“Por eso yo, el doctor O’Connor, te digo: … obra en tu corazón y cuida a quien amas, porque un amante que muere, por olvidado que esté, se lleva a la tumba algo de ti”.

Redacción de la reseña: María José García del Real 

 



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